Años viviendo por encima de nuestras posibilidades; nuestro despilfarro provocó la deuda, y ahora la bestia anda suelta; se ha decretado el estado de emergencia, dignidad y derechos abolidos, todos lo vamos a pagar, que nadie lo discuta.
Es la excusa de nuestros dirigentes para liquidar ya no el estado del bienestar, si no la democracia tal y como la conocemos.
El gobierno no se cansa de señalar enemigos y responsables de todo este desastre, funcionarios vagos, perroflautas de los movimientos reivindicativos, autónomos defraudadores, pymes explotadoras, sindicalistas inútiles...
Ahora no debemos malgastar ni un euro, pues debemos alimentar a la bestia, no despilfarrar en sanidad o educación; nuestros gobiernos están asegurándose de que la banca cobre caiga quien caiga.
Los 'estómagos agradecidos' aplauden, algunos ciudadanos sin criterio propio se decantan por unas siglas u otras, es la grandeza de la 'democracia'.
Mientras tanto en la sombra los dirigentes se frotan las manos con la liquidación del estado del bienestar, las privatizaciones, la corrupción, la impunidad y sus ganancias seguras en paraísos fiscales.
El comercio de artículos de lujo se incrementa un 20%
Los ejecutivos de las grandes corporaciones bancarias privadas, que deberían haber respondido con su patrimonio de sus malas inversiones inmobiliarias, y de los balances maquillados que dieron lugar a dividendos, son premiados con inyecciones públicas millonarias.
Los políticos corruptos son indultados, protegidos por sus camaradas; las leyes de transparencia que hace años exige la unión europea, nunca llegan a ver la luz.
Solo los embargados, los trabajadores, los humildes, pagaremos finalmente; y es que dejar de invertir lleva a la recesión y al paro, y han decidido ahorrar solo en lo social, y no en sus sueldos ni atajando su corrupción.
