sábado, 12 de noviembre de 2016

Suecia vs España, a vueltas con nuestra idiosincrasia


Voy a reproducir, por curioso, un comentario de respuesta a otro publicado sobre una noticia relacionada con la película documental La teoría sueca del amor el cineasta Erik Gandini, que recorre el camino que ha realizado el país escandinavo hacia su ideal de independencia y señala los inesperados e infelices resultados de este viaje.

Comentario2: Los suecos son unos pobres desgraciados, eso se sabe desde hace treinta años. El hecho de que es España se vaya capeando la crisis a base de ayudas familiares y de amistad les produce urticaria, no lo asimilan. Esta es la verdadera razón por la que el sur de Europa y el norte no pueden estar ni política ni económicamente unidos.

Respuesta: Cierto. Dí que sí. Lo suecos se mueren de envidia por nuestros urinarios públicos (sucios y pestilentes), por nuestra corrupción política, por nuestro urbanismo (atroz), por nuestra forma de hablar a gritos en los lugares públicos, por nuestra desorganización, por nuestra baja productividad, por nuestros ninis, por nuestra picaresca, por nuestros funcionarios de la administración inútiles y en constante cabreo, por nuestros resultados en los test educativos, por nuestro botellón que mina la salud mental de barriadas enteras, por cómo apedreamos las farolas y meamos en las esquinas, por lo "mucho" que reciclamos y respetamos el medio ambiente, por nuestros horarios absurdos, por nuestras fiestas populares en las que se masacran animales para regocijo de gañanes cejijuntos... Cierto, los suecos son unos pobres desgraciados a pesar de arrojar estándares de vida y felicidad (sí, dije bien, felicidad, el puesto 10 a nivel mundial, ocupando Dinamarca, Noruega, Finlancia e Islandia los primeros lugares según el World Happiness Report 2016, y todo pese a ese chauvinismo español que no concibe que haya vida más al norte del Cantábrico) que se encuentran entre los más altos del mundo. Una cosa estamos en lo cierto: lo de España es un caso único.

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